Aprendiendo a cantar...
- andreamariasampere
- 1 ago
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Luego de un dia fuera de lo común, donde lo disruptivo fue protagonista y la estabilidad se tomó vacaciones, siendo las siete de la tarde, con un cansancio que me pesaba en los hombros y con una pregunta colgada de mi cabeza” Para qué haces esto”, toqué el timbre en la Escuela de Canto.
Y arranqué a aprender a cantar. Desde que me abrieron la puerta todo fue música. Sonidos de voces indistintas que vocalizaban, cantaban, reían, conversaban. El afuera cambio. Sonreí como cuando entro en la ducha y el agua se siente calentita. Me dejé contener por ese ambiente y la sensación fue de liviandad. Y la pregunta inicial, ya estaba siendo respondida por cuerpo.
Tiempo de demasiados diálogos internos, volvió la bruja desaforadamente y se la pasa hablándome sin parar.
Entonces decidí sostener caminatas y gym, y eso me permite despejarme y conectar con mi cuerpo. De esos instantes sobre la caminadora, surgió el impulso de aprender a cantar.
Siempre fue mi deseo pero me acallaba con esa frase que alguna vez alguien me dijo…”lo tuyo no es el canto”
Quien la dijo? No sé. Y por qué la sostengo? Y fue entonces que sonrie, y me dije :”a cantar.”
No importa lo que pase durante el día, cuando entro a la clase de canto, algo de otro mundo me sucede y simplemente a la hora salgo sonriendo y liviana. Lo mismo me sucedía en las clases de teatro. Cuerpo y cuerpo con el que me conecto y me muestra su potencia, su abundancia, su infinita riqueza.
La profe es un hada madrina que me lleva con su alfombra mágica por el cielo de la musica; me enseña con mucho amor y entusiasmo; y cada vocalización es una vuelta más en la alfombra...
La clase es individual por ahora, necesito tiempo para abrirme a más personas. Porque descubrí que la voz es intimidad, es un puente que conecta mi universo con otros universos, y ese tipo de conexión lleva tiempo...
Siento el cuerpo. Siento las cuerdas vocales, el pecho, la cabeza. Y todo cobra sentido, el cuerpo se siente instrumento; es instrumento. La manera de respirar, de colocar la boca, la lengua, la postura de mi cuello y mi cabeza; todo vibra generando sonidos diferentes. Y entonces se hace diáfano ese pensamiento de ser canales/instrumentos, se hace claro porque lo registro en el cuerpo, mientras sucede la magia...
Estoy aprendiendo a cantar o a expresarme de una manera diferente?
Descubriendo la voz que soy, que hasta ahora no sabía que era. Conmovida profundamente.
Estoy desarmando ese malentendido que me detuvo tanto tiempo, otra creencia sostenida en el tiempo que se transforma en melodía..
Si hay una voz que habla, entonces hay una voz que puede aprender a cantar; para conocerse desde adentro, para sentirse instrumento...
Porque así como el aire en movimiento hace cantar a los árboles o al río; también nos regala esa posibilidad a nosotros…
Y la bruja desaforada que no paraba de parlotear en mi cabeza, ahora canta; escucha y hace silencio...
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