LUNA LLENA QUERIDA
- andreamariasampere
- 10 jul
- 2 Min. de lectura
Cuando era muy pequeña, apenas nueve meses, mi papá me enseñó la luna. Me llevo en sus brazos al balcón del departamento familiar y me la señaló. No lo recuerdo, me lo han contado. Pero intuyo que desde ese momento se marcó su luz en mi retina y fue el inicio de este viaje maravilloso que vengo haciendo observando el cielo...
La luna tiene el encanto de su luz y su sombra, de no ser vista siempre, de ser misteriosa, dama de la noche, protagonista de relatos magicos y de historias reales...
Nos regala una profunda oscuridad o la más iluminadas de las noches... Nos enseña con paciencia que la vida es cíclica y para disfrutar de la luna llena, también hay que atravesar por la luna nueva...
Las lunas nuevas no se ven a simple vista; se ubican en su trono junto al Sol preparandose para salir a la pista de baile dejando la oscuridad y entrando en la luminosidad.
Las lunas llenas nos asombran con su presencia y son verdaderos soles de noche; están lejos del Sol, su trono se ubica justo enfrente, por eso se muestran y al mostrarse nos iluminan la noche...
La luna llena se entrega a los rayos del Sol para que la veamos en todo su esplendor...está repleta de Sol...
Así nuestra identidad en luz, ilumina nuestra identidad en sombra y por fin podemos ver lo que antes estaba oculto. Aquello que somos ilumina aquello que necesitamos, aquello que necesitamos es parte de quienes somos.
Y cada luna llena es diferente, porque es iluminada por un Sol diferente...y vemos algo nuevo, lo hacemos consciente...
Y aquello que sentimos ahora lo vemos con claridad...
Hoy el Sol en Cancer ilumina a la Luna en Capricornio...es como si un abrazo calentito, tierno, amoroso y suave nos aflojara, nos ablandara, nos desarmara las estructuras, derritiera los mandatos, nos invitara a sentir que no hay lejanía ni soledad que un abrazo no disuelva...Tal vez hoy tengamos una oportunidad más de acercarnos a esa criatura pequeña que habita en nosotros y abrazarla fuerte con un amor tan inmenso que pueda descubrir que hay alguien más, que pueda expresar aquello que necesita y elegir qué sostener y así andar más liviana por la vida y sin tensiones crónicas en el cuerpo.
Cuidar y sostener nuestra blandura es un trabajo serio. Hacernos cargo de nuestro mundo afectivo es una responsabilidad porque formamos parte de una sociedad que necesita a gritos vincularse desde el amor y construir desde la vulnerabilidad.
Que te aflojes, que te rindas, que te dejes sostener...así desde ese punto sin juicio y sin culpa ; puedas admirar lo valioso que has construido hasta ahora.



Comentarios